La Universidad Pública de Navarra ha dado a conocer los pormenores del proyecto Desarrollo de técnicas de estimación de biomasa basadas en imágenes Sentinel-1A, en el que participan diversas cooperativas agrarias y el Centro Nacional de Energías Renovables (Cener), que se encarga del análisis de muestras en laboratorio para evaluar el potencial energético de la biomasa producida en parcelas de trigo y cebada, tanto en secano como en regadío. En todos los casos, la biomasa que se evalúa para la producción de energía es la paja de estos cereales.
Jesús Álvarez, del departamento de Proyectos e Ingeniería Rural de la universidad, explica que “vamos a utilizar dos tipos de imágenes, las procedentes del satélite Sentinel-1A y las que obtendremos con un dron. Queremos hacer una comparativa, analizar cómo van desarrollándose los cultivos y estimar la cantidad de biomasa disponible, para ver si es factible utilizar estos métodos en lugar de técnicas tradicionales, como el muestreo de plantas, que es más costoso”.
Planificar el aprovisionamiento de las plantas de biomasa y la ubicación de nuevas
El trabajo consiste en hacer un seguimiento de cómo se desarrollan los cultivos, pero con un enfoque especial en la biomasa para tener un mayor conocimiento, “ya que no todas las variedades de cereal crecen igual: unas tienen mayor porte, otras generan mayor cantidad de residuo vegetal, etc”, afirma Álvarez. El investigador añade que “queremos saber si con las imágenes podemos hacer una estimación de qué cantidad de kilos de biomasa se obtienen por metro cuadrado, porque permitiría detectar problemas en el desarrollo del cultivo y también conocer el potencial energético de una región, planificar el aprovisionamiento de plantas de biomasa e incluso estudiar emplazamientos idóneos para instalar nuevas”.
Según la información de la Universidad Pública de Navarra, el satélite Sentinel-1A (puesto en órbita en abril de 2014) es el primero de la constelación Sentinel de la Agencia Espacial Europea que constituye la base del programa Copernicus de observación de la Tierra. Por otro lado, el dron que se va a utilizar es un diseño de Technidrone, empresa navarra de reciente creación dedicada al asesoramiento, mantenimiento y fabricación de estos equipos.
El proyecto tiene una duración de un año y se estudiarán las imágenes obtenidas por el satélite durante todo el año agrícola y las fotografías realizadas con el dron. “Esto nos permitirá tener dos tipos de imágenes –señala Aguirre–: por un lado, a escala regional, las del satélite, que no son fotografías al uso sino imágenes radar, es decir, se obtienen por sensores que trabajan en la longitud de onda de las microondas; y, por otro lado, las realizadas por el dron a escala muy local”.