Su construcción supondrá una inversión de 150 millones de dólares y reportará importantes beneficios al desarrollo económico de la comarca, mediante la creación de puestos de trabajo, la adquisición de bienes y servicios a proveedores locales y la contribución a los ingresos de los ayuntamientos y al erario público a través de impuestos y tasas, estimados en más de 33 millones de dólares en un periodo de 20 años, apunta la empresa en un comunicado.
Está previsto que en los próximos meses Iberdrola presente ante las autoridades estatales la solicitud del permiso de instalación, a la que se acompañará el pertinente estudio de impacto medioambiental, recientemente finalizado.
En la decisión final de Iberdrola ha influido la culminación con éxito de las negociaciones con un grupo de compañías eléctricas del estado de Massachusetts de cara a firmar, en las próximas semanas, un acuerdo de suministro de energía (PPA) durante 15 años.
Este complejo constará de 23 turbinas de 3,3 MW de capacidad unitaria y se convertiría en el tercer parque eólico de Iberdrola en New Hampshire, tras los de Lempster (24 MW) y Groton (48 MW), que ya están operativos. Este último es el que aparece en la imagen.
Además, el proyecto contribuiría a cimentar la posición de liderazgo en el ámbito de las energías renovables de este Estado, cuya población apoya su desarrollo y la lucha contra el cambio climático. La producción de energía limpia del parque de Wild Meadows serviría para cubrir las necesidades de unos 30.000 hogares y permitiría evitar la emisión de 155.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.