La oenegé del arco iris felicita explícitamente "la determinación renovada de los países para avanzar con el Acuerdo de París, hasta el punto de que algunos Estados -señala- han dado pasos de gigante en este sentido". Según la directora de Greenpeace International, Jennifer Morgan, "47 naciones se han comprometido con un futuro 100% renovable, lo que supone una muestra de liderazgo y visión de futuro cuando más lo necesita el planeta". En cualquier caso, Greenpeace recuerda "la necesidad de un plan de trabajo para lograr recortes de emisiones más profundos y que el Acuerdo de París tenga un reglamento de desarrollo para 2018, porque aún existen numerosos países vulnerables a los efectos del cambio climático que necesitan más apoyo". La organización ecologista mantiene que es imprescindible terminar con el uso de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo "para que la temperatura del planeta no aumente más de los 1,5ºC acordados en París, además de proteger los grandes bosques del planeta, así como los océanos, y apostar por una agricultura ecológica".
Papel de España en la CoP 22
Greenpeace lamenta que el papel de España haya sido "tan pobre, a pesar de que la lucha contra el cambio climático requiere medidas urgentes". Durante su intervención en la Cumbre del Clima de Marrakech -explican los ecologistas-, la ministra de Medio Ambiente de España, Isabel García Tejerina, ha vuelto a anunciar una ley de cambio climático, pero no ha concretado "nada de su contenido", lamentan. Para la organización ecologista, España podría liderar la lucha frente al cambio climático dentro de la Unión Europea y tener una presencia más ejemplar en las cumbres internacionales si desbloqueara las energías renovables y promoviera la descarbonización de la economía.
Cierre ordenado
Según la responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace España, Tatiana Nuño, "el Gobierno debería haber puesto límite al funcionamiento de las térmicas de carbón para 2025, como ya han hecho muchos países de la Unión Europea; sin embargo -critica Nuño-, el recién nombrado ministro de Energía, Álvaro Nadal, aseguró en Marrakech que serían los mercados los que deberían poner fin al carbón, algo totalmente inadmisible". Greenpeace apela en ese sentido a ejemplos como el de China, que, con una fuerte dependencia del carbón, "ya ha detectado la necesidad de reducir su uso con medidas concretas, lo que repercutirá de manera positiva tanto en su economía como en la calidad de vida de sus habitantes". Nuño apuesta así por "un plan de cierre ordenado de las centrales térmicas".