Desde la Diputación de Cádiz sostienen que “el proyecto nace con la aspiración de mejorar y generalizar los métodos de recogida del residuo; incrementar los volúmenes destinados al reciclaje; promover mercados locales en torno a la producción sostenible de biodiésel, que motiven la aparición de negocios y nuevos empleos; y mejorar la percepción social sobre esta transformación”. Los promotores de Recoil creen que queda mucho camino por recorrer en este campo y que es posible incrementar la recogida y la producción. “Aún hoy se tiran por los desagües el 60% de la producción doméstica de aceites usados debido a la falta de información y concienciación de los consumidores”, recordó el responsable de Medio Ambiente de la institución provincial, Daniel Sánchez.
Junto a la Agencia Provincial de la Energía de Cádiz participan en Recoil diez socios más (empresas, universidades, entidades públicas y centros de investigación) de Portugal, Italia, Grecia, Dinamarca y Bélgica. El presupuesto supera el millón y medio de euros (1.519.793 euros), tiene un plazo de ejecución de tres años y está financiado en un 75% por la Unión Europea dentro del programa Energía Inteligente para Europa. No es la primera vez que la Diputación de Cádiz, a través de su agencia energética, participa en un proyecto europeo sobre bioenergía. También formó parte del proyecto Timber (Tools for integrated management of biomass energy resources), enmarcado en el programa europeo Interreg IVC Power: economías de baja emisión de carbono, que busca crear un modelo sostenible de uso energético de la biomasa.
Cuatro fases para alcanzar los objetivos de Recoil
Para la Diputación de Cádiz, Recoil se diferencia de otras iniciativas en el ámbito de los aceites usados en que “adopta un enfoque integral que abarca la recogida de aceites, el transporte, su transformación en biodiésel y traslado a las estaciones de repostaje”. Para lograr sus objetivos, el consorcio europeo que desarrolla el proyecto contempla cuatro fases de ejecución. En su etapa inicial se analizará “el marco legal en vigor considerando el derecho comparado de los países comunitarios; se conocerán las buenas prácticas existentes, comprobando las empresas que exploten iniciativas innovadoras y viables; y se realizarán encuestas ciudadanas para pulsar la opinión sobre el reciclaje de aceites usados en la cocina”.
En la segunda fase se emprenderá una campaña de difusión de los resultados, tras la consulta inicial, y se constituirán proyectos piloto sobre la base de las buenas prácticas identificadas. La evaluación de los proyectos pilotos conformará la tercera fase, y la última consistirá en la edición de una guía –en papel y on line– que pretende ser un manual práctico que ayude a la toma de decisiones de instituciones y empresas en relación a la creación de nuevos negocios relacionados con la producción sostenible de biodiésel. Por último, al final del verano se publicará una web (www.recoil.org) donde se divulgará la evolución del proyecto. Además se editará un boletín digital de periodicidad semestral que se enviará a todos los interesados en esta iniciativa.
Más información:
www.dipucadiz.es