Más de la mitad de toda la electricidad que ha necesitado España durante el mes de abril la han traído el viento, el sol, la biomasa y el agua. O sea, que no hemos tenido que ir a buscar esos kilovatios ni a la Argelia que nos vende el gas natural, ni a la Nigeria que nos provee de petróleo, ni al Uzbekistán que nos vende uranio. Porque más de la mitad de los 19.926 gigavatios hora que ha demandado España en abril -un 6,4% más que en abril del año anterior, por cierto- ha sido generada en centrales termosolares made in Spain, saltos hidroeléctricos (algunos, centenarios), plantas de biomasa como la de Sangüesa (en Navarra), parques eólicos como el de la foto (El Andévalo, en Huelva) y campos solares que tienen su sede en estos lares y aprovechan recursos naturales autóctonos y renovables, recursos que no hay que importar desde ninguna parte.
Datos de REE
"La demanda peninsular de energía eléctrica en el mes de abril -explica Red Eléctrica de España, el operador del sistema eléctrico nacional- se estima en 19.926 gigavatios hora (GWh), un 6,4% superior a la registrada en el mismo mes del año anterior". Si se tienen en cuenta los efectos del calendario y las temperaturas -matiza REE-, la demanda peninsular de energía eléctrica ha aumentado un 3% con respecto a abril del año 2015. Si el lapso elegido es el cuatrimestral (enero, febrero, marzo y abril), el porcentaje es muy similar. Según los datos de Red Eléctrica, "en los cuatro primeros meses del año, la demanda peninsular de energía eléctrica se estima en 83.796 GWh, un 0,5% más que en el 2015. Una vez corregida la influencia del calendario y las temperaturas, la demanda de energía eléctrica es un 0,3% superior a la registrada en el año anterior". Pues bien, esa demanda ha sido satisfecha en un 51,6% (más de la mitad, pues) por las fuentes limpias de energía: el sol, el viento, el agua y la biomasa.