De acuerdo con el Consejo Mundial de la Energía, que ha elaborado el informe en colaboración con Oliver Wyman y su matriz Marsh & McLennan, el acceso a la electricidad y a formas limpias de cocinar han mejorado en los 125 países incluidos en el índice, un 85% y un 74%, respectivamente, desde el año 2000.
Otra buena noticia es que por cada dólar producido han bajado las emisiones de CO2 y que la participación de las energías renovables en el mix energético mundial ha ido aumentando, situándose en 2015 en el 9,7%. Además, los países están construyendo sistemas energéticos más sostenibles y resolviendo simultáneamente las tres dimensiones del Trilemma Energy: proporcionar un sistema de energía seguro, asequible y sostenible para el medio ambiente.
125 países analizados
El Índice de Energía Trilema 2016 proporciona un ranking comparativo de 125 países y en esta sexta edición presenta una nueva metodología, basada en un conjunto de 35 indicadores con una mayor atención a la diversidad, la calidad y la asequibilidad de la oferta, así como la capacidad de recuperación del sistema de un país.
De acuerdo con Joan MacNaughton, director del estudio, “el acceso a la energía y la preocupación por el cambio climático nunca han sido tan altos, tras el Acuerdo de París, los Objetivos de Energía Sostenible de la ONU y la atención que el G-20 concede a estos problemas”.
MacNaughton considera que “este cambio en las prioridades está trayendo una mayor diversidad a la matriz energética mundial, ayudando a apuntalar la seguridad del suministro y a incrementar la sostenibilidad".
Ayuda para los políticos
Sin embargo, sólo 13 de 125 países analizados consiguen una triple A. Una situación en la que está incluida España, que de acuerdo con los autores del informe consigue esa máxima puntuación tanto en acceso como en sostenibildiad y equidad de la energía.
Hay que tener en cuenta, no obstante, que la nota obtenida por cada país en cada uno de los tres aspectos puede variar enormemente. Así, curiosamente, el ránking en reducción de emisiones lo encabeza Filipinas.
En cualquier caso, el bajo número de países que logran el ratio AAA no desanima al Consejo Mundial de la Energía. Para el organismo, su trabajo es“ofrecer lecciones valiosas que ayuden a los legisladores a saber cómo crear los marcos que incentiven la inversión y la innovación, que les permitan disponer de energía segura y al mismo tiempo dar respuesta al desafío del cambio climático ".
Francois Austin, director de Oliver Wyman, afirma en este sentido que “el Índice de Energía Trilemma se perfila claramente como un instrumento capaz de influir en la política de los gobiernos, las perspectivas de los inversores y el sector de la energía en todo el mundo”.
Austin sostiene que el informe ofrece a los políticos referencias sobre reglamentos y compensaciones, entre otros aspectos, para el desarrollo de una energía segura, asequible y ambientalmente sostenible. Los inversores pueden valorar mejor dónde y cómo invertir en el sector de la energía, y a los directivos de las empresas, privadas y públicas, les proporciona información detallada para conformar estrategias a largo plazo .
Estas son las principales conclusiones del Índice:
• De los 10 primeros países clasificados, nueve son europeos, lo que demuestra que la cooperación en materia de política sobre clima y energía a largo plazo puede contribuir al éxito regional, a pesar de que Europa todavía tiene que gestionar su transición energética centrada en nuevos diseños de mercado, gestión de la demanda y establecer un precio eficaz del carbono.
• Nueva Zelanda ocupa el puesto número nueve del índice y se convierte en líder indiscutible en Oceanía y Asia. Asia, en general, se enfrenta al reto de un rápido aumento de la demanda de energía y de un uso intensivo de la misma. La disminución de la dependencia de las importaciones de energía y el desarrollo de infraestructura fiables, todo ello mediante un mayor uso de las fuentes de energía renovables, podría poner a la región en el camino a la energía sostenible.
• Con alrededor del 50% de los recursos mundiales de petróleo y gas, los países de Oriente Medio y del Norte de África deben hacer frente a una verdadera diversificación y a una reducción de la intensidad energética con el fin de mejorar su rendimiento medioambiental. Emiratos Árabes Unidos lidera este camino con sus esfuerzos de diversificación.
• En América Latina, las políticas deben centrarse en la resistencia del sistema a los fenómenos meteorológicos extremos y en mejorar la equidad de energía, basándose en el ejemplo de Uruguay, que ocupa el puesto más alto en la región después de operar una transición energética exitosa (puesto 27 en la clasificación general)
• En el África subsahariana, Mauricio (puesto 49), Gabón (67) y Sudáfrica (84) son los tres primeros que aparecen en el índice. África es el continente que registra los niveles más bajos de acceso a la energía, a pesar de tener grandes recursos en renovables y de alto potencial. El desafío de esta región es atraer la inversión, crear capacidad institucional y mejorar su red, así como el suministro de energía fuera de la red.