Con el respaldo de préstamos y subvenciones otorgadas por el gobierno nipón, Challenergy Inc., dirigida por Atsushi Shimizu, está trabajando para llevar al mercado un nuevo concepto de turbina eólica que utiliza cilindros rotatorios para generar electricidad a partir del viento. El objetivo es que esta singular turbina, que semeja una antigua batidora de huevos y que se está probando en la isla subtropical de Okinasa, sea mucho más resistente que las aerogeneradore tradicionales, que son esencialmente grandes hélices.
Su trabajo, del que informa Bloomberg, cobra todavía más importancia debido al calentamiento global, ya que los tifones, que regularmente asolan El Caribe, sureste asiático y otras zonas del mundo, se volverán todavía más violentos a medida que aumente la temperatura del océano, según advierten numerosos científicos. Entre otros, Wei Mei y Shang-Ping Xie, quienes han comprobado que las tormentas en el norte de Asia se han intensificado hasta un 15% en los últimos 37 años. En la misma linea, la Agencia Meteorológica de Japón ha informado de que el país ha sufrido más tifones esta temporada.
Atsushi Shimizu espera que su máquina, de 7 metros de altura y tres cilindros rotatorios, sea capaz de resister estos enormes embates del viento y siga generando electricidad sin problema. Está diseñada para soportar vientos de hasta 80 metros por segundo, mientras que los aerogeneradores tradicionales se paran cuando el viento llega a los 25 metros por segundo.
Para lograrlo, la turbina de Shimizu aprovecha el llamado efecto Magnus, fenómeno físico por el cual la rotación de un objeto afecta a la trayectoria del mismo a través de un fluido, como por ejemplo, el aire. Cuando los cilindros están girando, el efecto Magnus se intensifica, alimentando el generador. El sistema permite, además, aprovechar vientos provenientes de cualquier dirección, ofreciendo un mejor control de la producción ante las turbulencias y con velocidades del viento variables.
El director de Challenergy ha declarado a Bloomberg que el desastre de 2011 en la central nuclear de Fukushima fue lo que le impulsó a pensar en la energía limpia y terminar constituyendo esta empresa en octubre de 2014 para poner en práctica sus ideas sobre turbinas eólicas. Challenergy cuenta con el apoyo del gobierno nipón, que le ha subvencionado con 55 millones de yenes (476.000 euros), y préstamos respaldados también por el gobierno.
El prototipo que prueba en Okinawa está realizado en el mismo material que las tuberías para aguas residuales, pero Shimizu tiene puestas las miras en la fibra de carbono de plástico reforzado para nuevos modelos. La compañía también está negociando con invasores de capital riesgo. Atsushi Shimizu quiere tener su máquina operativa en 2020 y enseñarla al mundo aprovechando los Juegos Olímpicos de Tokio, que se celebrarán ese año.