GranBio desarrolla un sistema de recogida, almacenamiento y transformación del bagazo de caña equivalente a 400 toneladas por año para Bioflex 1. La fábrica utiliza tecnología de pretratamiento PROESA, de la empresa italiana BetaRenewables (del Grupo M&G), las enzimas de la danesa Novozymes y las levaduras de la holandesa DSM.
Se sostiene que la base de esta industria parte de que Brasil tiene el potencial de aumentar en un 50% la producción de etanol sólo con paja y bagazo, sin la necesidad de expandir los cañaverales.
Según un comunicado, GranBio, controlada por GranInvestimentos SA, invirtió 190 millones de dólares en la construcción de la planta y 75 millones de dólares en el sistema de cogeneración de vapor y electricidad, este último en conjunto con Usina Caeté, del Grupo Carlos Lyra.
En la inauguración, el presidente de GranBio Bernardo Gradin dijo: "Cuando anunciamos la construcción de la planta en Alagoas, a mediados de 2012, asumimos el riesgo de la innovación y de liderar de un proyecto con potencial transformador para el biocombustible y las industrias bioquímicas", y agregó: "Más que la apertura de una fábrica, este proyecto es una prueba de que Brasil puede liderar la industria mundial de la biotecnología a partir de su potencial agrícola".
La labor conjunta con la Usina Caete permite generar una producción integrada de vapor y electricidad, un sistema de cogeneración a partir del bagazo y la lignina, subproducto generado en el proceso del etanol de segunda generación. La utilización de lignina es presentado como un hecho inédito con ese fin en la industria.
El sistema de cogeneración permanecerá en operación once meses al año, durante la temporada de cosecha e intermedia. Además de cumplir con las necesidades de las dos plantas, la caldera generará un excedente de electricidad de aproximadamente 135.000 MWh/año, suficiente como para abastecer una ciudad de 300 mil habitantes, que será comercializado.