La presentación del informe contó con la participación del Secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, quien ahora considera que España está llamada a convertirse en una potencia en energía solar y eólica. Ahora bien, Nadal siguió insistiendo en que estas tecnologías son a día de hoy más caras que las convencionales y que hasta dentro de 10, 15 o 20 años no se producirá el cambio de signo. Mientras tanto, dijo, “ el gas va a tener un papel fundamental“.
También insistió en que España ha pagado muy cara la curva de aprendizaje de las renovables. “Esto no puede volver a pasar -dijo-. No podemos hacerlo solos“. Asimismo, a su juicio, la transición hacia una nueva economía energética requiere un acuerdo entre todos los partidos a fin de que se haga de manera segura y sin incertidumbres.
Otro aspecto que el Secretario de Estado de Energía cree imprescindible es acelerar las interconexiones: “necesitamos desesperadamente las interconexiones“, dijo, ya que estar aislados nos sale “muy caro” ya que “nos obliga a tener dos sistemas“, uno renovable y otro convencional.
Demasiado carbón
El informe BP Statistical Review of World Energy 2016 pone de relieve, en todo caso, que España camina con el paso cambiado. Aquí, la tecnología que más creció el año pasado fue el carbón, un 23,9% respecto a 2014. Como consecuencia de ello, las emisiones de CO2 aumentaron un 6,8%, mientras que en la UE sólo lo hicieron un 1,3%.
El mix energético en España en 2015 quedó configurado como sigue: petróleo (45%), gas natural (18,5%), carbón (10,7%), nuclear (9,6%), hidráulica (4 ,7%) y renovables (11,5%).
El consumo de energía experimentó, asimismo, un cambio de tendencia y volvió a la senda del crecimiento con 134,4 millones de toneladas de petróleo, lo que supone un aumento del 1,7% frente a las caídas registradas desde 2008, a excepción del repunte de 2010, según los datos del informe BP Statistical Review of World Energy 2016.
En el resto del mundo, el cuadro es bastante diferente. El informe muestra un avance hacia el consumo de combustibles con menor contenido en carbono y un incremento de las energías renovables como consecuencia de la reducción de sus coste. En concreto, el peso de las renovables en el mapa energético mundial se situó en el 2,8 %, tras repuntar un 15,2 % su demanda en 2015 y generaron el 6,7% de la electricidad mundial frente al 2% de hace una década.
El consumo de petróleo subió un 1,9 %; el de gas, un 1,7 %; el nuclear un 1,3 %, y el hidroeléctrico, un 1 %, mientras que la generación con carbón cayó un 4% debido principalmente a la caída en EEUU, Indonesia y China. En la Unión Europea también descendió notablemente la producción con gas, en especial en los Países Bajos, donde se redujo en un 22,8%.