La reñida votación que tuvo lugar ayer en el Parlamento Europeo tiene su continuación en las reacciones a sus tres principales decisiones: en 2020 los biocarburantes procedentes de cultivos solo podrán contar un 6% en el objetivo del 10% de renovables en el transporte; a partir de ese mismo año se tendrán en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) derivadas del CIUT provocado por esos cultivo; y establecer un 2,5% de participación en el 10% de biocarburantes de segunda generación, procedentes principalmente de residuos vegetales y algas. Todo, a falta de que lo refrende el Consejo de Europa, y si no lo hace, el texto volverá a la Eurocámara.
En cuanto a las dos primeras propuestas, Óscar García, presidente de la sección de Biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), las considera “injustificables, ya que, como han puesto de manifiesto en los últimos meses múltiples estudios, los modelos desarrollados para calcular el CIUT carecen de la certidumbre científica suficiente para adoptar medidas regulatorias de este calibre”. Especialmente molestos están en APPA Biocarburantes por “el trato discriminatorio y la inconsistencia regulatoria que supone imponer a los biocarburantes exigencias adicionales de reducción de emisiones GEI que no se aplican en absoluto a la industria petrolífera”. “La UE –prosiguen– sigue sorprendentemente sin exigir a este último sector, por ejemplo, el cumplimiento de las obligaciones de reducción de GEI incluidas en la directiva de calidad de los carburantes de 2009”.
Decisión que “pone en riesgo a la industria” y seguirá “ocasionando deforestación”
Pekka Pesonen, secretario general de Copa-Cogeca (aglutina a las organizaciones profesionales y cooperativas agrarias europeas), calificó de "inaceptable" que la UE dé marcha atrás en su objetivo del 10%, acordado en 2006, porque desde entonces "los agricultores y la industria han invertido enormes cantidades de dinero en el sector". En declaraciones recogidas por Europa Press, Pesonen añade que “se trata de una decisión que pone en riesgo el futuro de la industria de biocarburantes en la UE e ignora la realidad de su producción".
Por diferentes motivos, tampoco ha sentado nada bien la decisión del PE en las filas ecologistas. Para Liliane Spendeler, directora de Amigos de la Tierra, “los límites para los agrocombustibles han sido insuficientes; desafortunadamente, si los ministros de los países europeos no empujan para rebajarlo, su consumo en Europa continuará incrementándose y seguirá ocasionando subidas en el precio de los alimentos, deforestación y provocando el cambio climático”. Desde Ecologistas en Acción ven positivo que los eurodiputados votaran para limitar los carburantes fabricados a partir de alimentos y también que se incluya en este límite los que se producen con cultivos energéticos (árboles de rápido crecimiento, jatrofa...). Pero añaden que “resulta negativo que el Parlamento haya establecido un límite del 6% del total de biocombustibles, por encima de la cuota del 5% propuesta por la Comisión Europea”.
Ganan los que no quieren aceites usados ni jerarquía de residuos
Ecologistas en Acción también resalta lo confuso de las decisiones. Según esta organización, “ha reinado la indecisión”. Recuerdan que los resultados de la votación, “con algunas medidas positivas aunque insuficientes, quedan pendientes del Consejo de Europa”. “Si esta institución no refrenda los resultados de hoy, como probablemente ocurrirá, será necesaria una segunda lectura en el Parlamento, retrasándose así la toma de decisiones”, explican desde Ecologistas, que critican que “esta incertidumbre eleva la presión sobre el clima y las comunidades rurales y ecosistemas de los países productores de materias primas agroalimentarias”. APPA Biocarburanrtes, por el contrario, espera que el Consejo proceda a “corregir estos errores con el fin de adoptar una posición más fundamentada y equilibrada” a favor del bioetanol y el biodiésel.
Desde Ecologistas en Acción también se valoran los porcentajes de incorporación de los biocarburantes avanzados: 0,5% en 2016 y 2,5% en 2020. “Las medidas –aseguran– vienen desprovistas de la aprobación de unos criterios de sostenibilidad sólidos, como la consideración de la jerarquía en el uso de los residuos adoptada por la UE, y que prioriza la reducción, reutilización o reciclaje de residuos antes de su valorización energética”.
En APPA Biocarburanrtes consideran positiva la propuesta de establecer objetivos obligatorios para los biocarburantes más avanzados en términos ambientales, pero califican de “injustificable que entre las materias primas utilizables se hayan excluido los aceites de cocina usados y las grasas animales”. En ambos casos casos (la jerarquización del tratamiento de residuos y la utilización de los mencionados) ha surtido efecto la presión realizada por Leaders of Sustainable Biofuels (LSB), grupo de nueve empresas vinculadas a la producción de biocarburantes, el sector químico y la navegación aérea, para que no se tengan en cuentan ambas demandas.