Federico Ramos ha asegurado además esta semana que el “gran esfuerzo” del ministerio en apenas diez meses “permite asegurar que España cumplirá su compromiso con el Protocolo de Kioto en 2012”. Según ese compromiso, suscrito por el Reino de España en 1997, nuestro país, en 2012, solo puede emitir un 15% más de CO2 que el que emitía en 1990. Además, la comunidad internacional tiene previsto reunirse en la Cumbre de Cambio Climático (26 de noviembre, Doha, Catar) para avanzar en un nuevo "modelo de desarrollo bajo en carbono" que evite que la temperatura media global del planeta suba más de 2ºC (según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, un aumento de la temperatura media del planeta por encima de los 2ºC podría traducirse en cambios climáticos globales de consecuencias imprevisibles).
En ese sentido, y según Ramos, la Cumbre de Doha debe asegurar la continuidad del régimen jurídico internacional a través de la adopción formal de un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto (protocolo que expira el próximo 31 de diciembre), que servirá de marco transitorio hasta alcanzar en 2015 un nuevo acuerdo internacional en el que participarán todos los países, y que entrará en vigor en 2020. En ese sentido, Ramos ha destacado que “los retos en materia de cambio climático y los avances en las negociaciones internacionales sin duda tendrán importantes efectos sobre el futuro de las energías renovables”. El secretario de estado considera además que “el modelo económico y de desarrollo del siglo XXI requiere un replanteamiento del sistema energético, del uso de los recursos naturales y de las afecciones a los mismos”.
Ramos ha declarado asimismo esta semana, durante la clausura de un foro sobre energías renovables celebrado en Madrid, que “la agenda de transformación hacia una economía sostenible y baja en emisiones está ya aquí y es el momento de hacerla efectiva”. Además, ha animado a los gobiernos, al sector privado y a la sociedad civil a que incrementen sus esfuerzos: “este camino se presenta complejo con la crisis financiera y económica que estamos atravesando, pero en este reto vemos una clara oportunidad”. Por último, el secretario de estado ha concluido que “el reto supone avanzar cada día pensando en el modelo de país y de Unión Europea que queremos tener dentro de cincuenta años, y, en ese reto, es evidente que los emprendedores y los inversores necesitan señales adecuadas que favorezcan esta transición hacia un modelo de desarrollo bajo en carbono”.