Intervencionismo estatal que produce incertidumbre (generando así desconfianza entre los inversores) y oscurantismo, lo cual perjudica a los consumidores. Además, como resultado de que los inversores efectivamente invierten en menor medida de la que sería posible en nueva potencia de generación, hay menos competencia y los consumidores vuelven a salir perjudicados. Esa es la foto que hace la CE del mercado eléctrico europeo. Foto de un mercado poco transparente, en el que los gobiernos distorsionan, los consumidores salen perdiendo (13.000 millones de euros) y las grandes compañías energéticas salen ganando (13.000 millones de euros). Pues bien, para reparar esa situación, el comisario de Energía, Günter Oettinger, ha hecho pública hoy una propuesta que parece escrita con el mercado eléctrico español en la cabeza. La propuesta –"para impulsar la creación de un mercado común europeo del gas y la electricidad"– se plantea como objetivo primero la creación de un "mercado interior europeo de la energía eficiente, interconectado y transparente" que ofrezca a los ciudadanos y las empresas "un abastecimiento energético seguro y sostenible al precio más bajo posible". Además, en esa propuesta, la Comisión Europea se compromete a colaborar con los estados miembros "para capacitar a los consumidores y reducir las intervenciones estatales, que distorsionan los mercados".
La CE insinúa que el déficit de tarifa pasará a ser déficit público
Pues bien, "para completar el mercado interior de la energía en el horizonte 2014", un mercado europeo que tenga las características citadas –eficiente, interconectado y transparente–, la Comisión incluye en la propuesta de hoy, y entre otras medidas, una muy concreta: "capacitar a los consumidores". Y es ahí donde su discurso más parece escrito con el mercado eléctrico español en la cabeza: "los precios fijados por la intervención del estado no brindan a los consumidores la mejor oferta; pueden dar una falsa impresión de seguridad que los desanima a la hora de buscar activamente mejores opciones, incluidos los servicios de eficiencia energética; además, los precios al consumo final regulados obstaculizan las inversiones, lo que impide a las empresas acceder al mercado e invertir en nuevas capacidades de generación. Los precios regulados por debajo de los costes se traducen al final en deudas que tienen que pagar los contribuyentes". La letra, en fin, puede ser más o menos la misma, pero la música es inconfundible. Porque son muchas las voces que, desde hace ya mucho tiempo, vienen denunciando el oscurantismo en que está sumida la factura de la luz, en particular, y el mercado eléctrico español, en general. Y parece que ese coro –que empieza a ser manifestación– también ha empezado a ser oído en Bruselas.
Trece mil millones
En cuanto a la alusión que hace la Comisión al déficit de tarifa, ese que al final acabarán pagando "los contribuyentes" (lo cual nos adelanta ya que será déficit público)... pues no puede ser más explícita. Así las cosas –intervencionismo que distorsiona el mercado y oscurantismo mediante–, las compañías eléctricas podrían estar ingresando cada año hasta 13.000 millones de euros más de los que les correspondería por sus servicios: 13.000 millones de euros más... cada año. Eso sí que lo dice explícitamente la CE en su propuesta: la Comisión "calcula que los consumidores de la Unión Europea podrían ahorrar hasta 13.000 millones de euros al año si adoptaran la tarifa más barata disponible". Precisamente respecto a la transparencia de los mercados de la energía al por menor, la CE formula, por eso, recomendaciones varias para que los consumidores encuentren una "presentación clara de los precios, las tarifas y las ofertas". Además, se compromete a "velar por que los derechos de los consumidores consagrados en el Derecho de la Unión Europea sean visibles en la legislación nacional y por que sean respetados correctamente por todos los agentes del mercado, lo que incluye el derecho a cambiar de proveedor en tres semanas sin costes financieros".
Los señores del gas
Otra de las medidas que ha propuesto hoy la CE "para completar el mercado interior de la energía en el horizonte 2014" alude directamente a las multimillonarias ayudas –denominadas "pago por capacidad"– que reciben desde hace años en España las centrales térmicas que queman gas y otras tecnologías sucias de generación de electricidad. Estos pagos, multimillonarios, se hacen, presuntamente, para tener dispuesta una reserva de potencia que haga frente a la variabilidad de la generación renovable (a veces sopla el viento, a veces no). ¿Qué ocurre en España, concretamente? Pues que hay una potencia instalada que ya excede los 100.000 MW. Cien mil megavatios en un país en el que la demanda máxima histórica –el récord de todos los tiempos– no alcanzó siquiera los 45.000 MW. Pues bien, la propuesta de la CE es muy explícita al respecto: "algunos estados miembros planean subvencionar [España no planea; España ya lo hace] a los productores de electricidad por mantener disponible su capacidad de generación a fin de garantizar una capacidad suficiente en el caso de que no produzcan las fuentes variables de electricidad, tales como la energía eólica y la solar; es lo que se llama el mecanismo de capacidad".
Sumidero
Sin embargo –continúa la CE en su propuesta–, "unos mecanismos de capacidad prematuros y mal diseñados pueden tener como resultado la fragmentación del mercado interior e impedir las inversiones; antes de introducir tales mecanismos, los estados miembros deberían analizar si faltan inversiones en la generación de energía y el motivo de ello". Y eso es precisamente lo que ocurre en España, que un mal diseñador de esos mecanismos ha perforado en la tarifa un sumidero multimillonario por el que crece el déficit en beneficio de los señores del gas natural. Por lo demás, en su paquete de propuestas, la Comisión "seguirá incoando procedimientos de infracción para velar por el correcto cumplimiento de las disposiciones europeas pertinentes", porque las normas sobre competencia –señala la CE– "deben aplicarse rigurosamente para garantizar la igualdad de condiciones para todos los agentes del mercado"; fomentará el despliegue de contadores inteligentes, "porque facilitarán a los consumidores gestionar su consumo en tiempo real y controlar mejor sus facturas energéticas"; y propondrá directrices "sobre los regímenes de apoyo a la energía procedente de fuentes renovables, lo que hará más eficaz el mercado interior".
Antecedentes
En febrero de 2011, los Jefes de Estado de la UE declararon la necesidad de completar el mercado interior de la energía para 2014. El tercer paquete sobre el mercado de la energía (Directivas 2009/72/CE y 2009/73/CE) es la piedra angular de la integración de los mercados de la electricidad y del gas. Entraña las medidas siguientes: separación de la propiedad de las redes (separación de las actividades de la red eléctrica y de gas de la generación, la producción y el abastecimiento; protección de los consumidores (sobre todo en relación con la obligación de los Estados miembros de proteger a los consumidores vulnerables, facilitar una facturación transparente e información contractual a los consumidores, establecer una ventanilla única y un mecanismo alternativo de solución de conflictos para la solución no judicial de litigios; e independencia y competencias de las autoridades nacionales de reglamentación.