La Asociación Española para la Internacionalización y la Innovación de las Empresas Solares, Solartys, ha creado un grupo de trabajo que pretende concienciar a la ciudadanía de los beneficios que conlleva la autogeneración (Solartys considera más apropiado este término que el de autoconsumo) y de la necesidad de una regulación que lo respalde.
Con este fin, la asociación está buscando el apoyo de prensa, entidades locales y autonómicas, partidos políticos y entes supranacionales para impulsar esta posibilidad, “ya que de lo contrario se estaría atentando contra la libertad individual”, afirma Xavier Pastor en el último boletín digital de Solartys. En este sentido, Pastor recuerda que la Ley 54/1997 de 27 de noviembre del Sector Eléctrico dice literalmente: “En la generación de energía eléctrica se reconoce el derecho a la libre instalación y se organiza su funcionamiento bajo el principio de libre competencia”.
Las empresas agrupadas en el grupo de trabajo de Solartys demandan un entorno regulador estable que permita el correcto desarrollo de estos tipos de instalaciones y que no ponga trabas a la instalación de los equipos generadores ni a su explotación. En otras palabras, un cambio radical en la propuesta de Real Decreto que regulará el autoconsumo.
“A las dificultades burocráticas para su aprobación hay que añadir la obligatoriedad de registro de las instalaciones bajo pena de multas millonarias y, quizás lo más esperpéntico, el pago de un peaje de respaldo”, escribe Pastor. “Este peaje, también llamado impuesto al sol, hace económicamente inviable la puesta en marcha de estas instalaciones y provoca, de facto, la muerte del ya maltrecho sector en España”.
Cuestión de sentido común
El marco regulador que solicita Solartys no precisa de ningún incentivo económico, subsidio o ayuda pública. “Se trata simplemente de disponer de los entornos y mecanismos legales que faciliten a los particulares, empresas, industrias, etc... la instalación de sus propios generadores eléctricos, almacenar y consumir su energía cuando más les convenga y poder vender los excedentes al mismo precio y en las mismas condiciones que la que compra!, explica Pastor.
Todos ganamos con ello: “con la autogeneración y el balance neto los consumidores particulares pueden reducir de forma significativa los costes de su factura eléctrica y las empresas e industrias reducir sus costes energéticos al tiempo que incrementan su competitividad”, señala. Estas instalaciones promueven, además, “el concepto de generación distribuida, defendido por las políticas europeas, que fomentan al ahorro energético al producir la energía en su punto de consumo, eliminando de esta manera las pérdidas de transporte y distribución, que al estado español le suponen un 10% de la energía eléctrica generada”. Y supone “la mayor oportunidad de negocio para una industria que ha sido y puede volver a ser referencia en el mercado global”.
Solartys pone cifras a todos esos beneficios. Así, según sus cálculos, el desarrollo del autoconsumo y balance neto significaría, en el periodo 2015 a 2020, una contribución de unos 10.800 millones de euros al PIB y la creación de más de 20.000 puestos de trabajo. También contribuiría a la recaudación de unos 2.260 millones de euros de IVA y de unos 1.225 millones de euros por IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social.