El déficit de tarifa según como lo define quien puede y debe hacerlo, la Comisión Nacional de Energía, es la diferencia entre lo que paga el consumidor en su factura y el coste reconocido por la compañía eléctrica. Fíjense bien que se dice “coste reconocido”, no coste real. Pues bien, con esta definición, los sucesivos gobiernos han ido reconociendo unos costes que no tienen nada que ver con la realidad de esos costes. Por supuesto ese reconocimiento no ha hecho otra cosa más que beneficiar a las compañías eléctricas aumentando sus beneficios de manera continuada, como he demostrado en otros artículos (www.valerianoruiz.com).
Pues bien, ahora y de manera sistemática pretenden hacernos creer que ese déficit artificial es una deuda que tenemos los consumidores con las compañías eléctricas y yo pregunto a todos los consumidores: ¿ustedes han contraído alguna deuda con las compañías eléctricas? o bien, ¿han pagado ustedes las facturas que las citadas compañías les han presentado? Entonces, ¿cómo es que tienen una deuda? Yo no tengo ninguna, yo pagué todas mis facturas, y usted?
Ya en el colmo de los despropósitos, parece ser que alguien está diciendo que la deuda es también de nuestros hijos y nuestros nietos; ¿cómo es posible que alguien tenga una deuda antes de nacer o siendo tan pequeño como son muchos de nuestros hijos y nietos?
En fin, que la realidad es que los consumidores no tenemos ninguna deuda con nadie y los que han construido el ya famoso déficit de tarifa lo que tienen que hacer es controlarlo y eliminarlo pero sin implicar a los consumidores, que no tienen culpa de nada. Cualquier persona medianamente inteligente puede sugerir la forma de resolverlo. Sin embargo nadie en ningún gobierno parece entenderlo. Mi personal opinión está muy clara: si los gobiernos que son los que deben gestionar los asuntos públicos no saben hacer lo evidente, no hay otra salida que sustituirlos. Mientras tanto lo que no podemos hacer los consumidores es aceptar una deuda que no es nuestra porque no la hemos contraído nosotros.