Los científicos de NOAA han constatado que el año pasado fue el más caluroso de la historia desde que existen registros. Y además, se batieron todos los récords de emisiones de gases de efecto invernadero. En lo primero puede tener que ver la influencia de El Niño, que impactó sobre el planeta de una forma sin precedentes. Lo segundo, lo del aumento imparable de emisiones, es la constatación de que los problemas derivados del cambio climático solo irán a peor en el futuro.
La temperatura de la superficie global de la tierra su entre los 0,42 y 0,46 grados centígrados, una décima más que el año anterior, mientras que la temperatura de la superficie del mar registró entre 0,33 y 0,39 grados, también rompiendo la marca de 2014. Y 2016 va por el camino de superar a su antecesor. Ambas son las temperaturas más altas desde la segunda mitad del siglo XIX, época de los primeros registros.
Estados Unidos, Europa y el continente africano registraron el segundo año más caliente de su historia, mientras que algunos países como España, Suiza, Rusia, Bielorrusia, Lituania o Finlandia rompieron el récord. Lo mismo que China. Y además de las altas temperaturas también se alcanzaron registros históricos en sequías y precipitaciones a lo largo y ancho del planeta.
El informe de NOAA, realizado por más de 450 científicos, también revela un récord en emisiones de gases de efecto invernadero, que alcanzaron las 399,4 partes por millón (ppm), 2,2 más que el año anterior.
Otro tanto sucede con el nivel de los mares, el más alto desde que se empezó a observar en 1993, con un aumento de 70 milímetros, mientras que la temperatura del Ártico fue 1,2 grados centígrados superior a la media de entre 1981 y 2010. Los ciclones tropicales han sido mucho más numerosos y el Ártico continúa calentándose y perdiendo su extensión de hielo. Marcas que pueden quedar obsoletas muy pronto ya que el primer semestre de 2016 ya ha sido el más caluroso de la historia, afectado también por el fenómeno de El Niño.
Un lastre para la sociedad, la economía y el planeta
Greenpeace ha hecho un análisis del informe de NOAA tratando de ir a los efectos. Las consecuencias del cambio climático van a lastrar nuestro futuro. Lo están lastrando ya, de hecho.
“Resulta preocupante pensar que estas noticias sobre el mal estado del clima, los impactos y el aumento de las temperaturas son ya tan frecuentes que parecen ser la normalidad. Pero en realidad lo que nos están anunciando estos datos supone ni más ni menos que haya más injusticia social, inestabilidad, hambre, plagas, pérdida de biodiversidad, inseguridad humana, enfermedades, pérdida de hogares…”, ha explicado Tatiana Nuño, responsable de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace.
Frente a los nuevos datos Greenpeace exige una vez más que se aborde de forma urgente y desde todos los países este problema. En España pide que se aproveche este año de negociaciones políticas para salir reforzados de los debates y reflexiones de los diferentes grupos políticos con una propuesta que ponga por encima de todo la seguridad de las personas, la salud y el medio ambiente. Y reclama que se asegure el cumplimiento del Acuerdo Internacional del clima que se asumió en París el pasado diciembre.
“La situación alcanzada tiene consecuencias muy graves para nuestra sociedad, la economía y nuestro planeta, que requieren ser abordadas con un profundo cambio de mentalidad. Cualquier política y pacto de Estado tendría que incluir en sus pilares fundamentales el enfoque de garantizar que reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero a cero y que las temperaturas no aumentarán nunca más de 1,5 ºC”, señala Tatiana Nuño.
La organización ecologista asegura que España podría estar a la vanguardia de la reducción de emisiones, ya que es el momento de definir unos objetivos climáticos y energéticos sólidos para el corto plazo y asegurar que en el año 2050 las emisiones sean nulas. Greenpeace llama a dejar de subvencionar los combustibles fósiles, dejar de traer toneladas de carbón de Colombia, gas de Argelia y petróleo de Nigeria y centrarse en conseguir un futuro basado al 100% en las energías renovables, como explican en sus informes de revolución energética.
España es un “diamante en bruto para las energías renovables y tiene capacidad para ser un ejemplo de inspiración y de cómo hacer las cosas en Europa y así curar su deuda como el país más incumplidor de la primera etapa del Protolo de Kioto y evitar su responsabilidad contaminando a sus vecinos europeos con el carbón que usa”. Por ello Greenpeace propone una fecha de cierre para las térmicas no más tarde del año 2025, como ya han hecho otros países de la UE.