Según esa reclamación, los fabricantes solares chinos volcaban productos solares en el mercado de Estados Unidos por un valor por debajo del costo, aprovechando una laguna en las medidas arancelarias establecidas por el DOC en diciembre de 2012. A través de la petición, SolarWorld buscaba cerrar esa brecha, que, según indica esta compañía, permite a los productores chinos evadir impuestos en un promedio cercano al 31% en el montaje de los módulos fabricadas en Taiwán y en terceros países.
Los fabricantes chinos de módulos fotovoltaicos afectados por las últimas tarifas tienen la opción de utilizar células de fabricación china y simplemente pagar los tipos de derecho del año 2012, ya que las investigaciones antidumping y antisubvención actuales excluyen los productos cubiertos por los aranceles de ese año.
A finales de enero de 2015, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC) determinará si los fabricantes fotovoltaicos locales fueron o no perjudicados por las importaciones. Si es así, las medidas serán permanentes.
Desacuerdo de la SEIA
Al comentar sobre la decisión del DOC, el presidente de la Asociación de Industrias de Energía Solar de Estados Unidos (SEIA), Rhone Resch, dijo: "Por desgracia, la decisión desacertada y sin precedentes de hoy perjudicará a muchos y beneficiará a unos pocos. Nos mantenemos firmes en nuestra oposición a causa de los efectos adversos que tendrán los aranceles punitivos en el futuro progreso de la industria de la energía solar de Estados Unidos. Es hora de poner fin a esta costosa disputa, y continuaremos haciendo nuestra parte para ayudar a encontrar una solución viable para todos".
Como se recordará, en agosto pasado la SEIA instó a la empresa SolarWorld a ofrecer una propuesta específica que pudiera servir como base para discusiones para llegar a una solución negociada.