Según la Unesco, más de 1.100 millones de personas carecen de las infraestructuras necesarias para abastecerse de agua. Un panorama que puede ir a peor porque, según la ONU, el 60% de la población mundial vivirá en zonas de escasez de agua en 2025.
Las renovables pueden jugar un papel clave para resolver este problema, sobre todo en los países en desarrollo donde la falta de agua potable es, en última instancia, consecuencia de la falta de energía. Por eso se necesitan soluciones rápidas que aúnen el menor coste y la máxima eficiencia.
La empresa AvanGreen ha diseñado soluciones completas de desalación y depuración de aguas, que son capaces de producir grandes volúmenes de agua potable a una fracción del coste de las instalaciones tradicionales minimizando además el coste de operación de estas infraestructuras.
“Son soluciones versátiles porque no precisan de grandes infraestructuras. Son escalables porque pueden crecer y adaptarse a las necesidades reales. Y son eficientes porque gracias a un alto grado de autosuficiencia energética mediante la integración de energías renovables, se reduce drásticamente el coste energético de las instalaciones, que es principal coste de operación en el tratamiento del agua”, explican desde AvanGreen. La empresa española ya implanta estos sistemas en África occidental y promueve idénticas iniciativas en Latinoamérica y Oriente Medio.