Maderas Soler, Trabisa, Servicios Mediambientales Soler Torres, Moixent Forestal, Los Cortijos de Caroche, Maderas Esteban Cárcel, Maderas Maiques y Monroyo Industrial. Estas son las ocho empresas que, según el análisis llevado a cabo por Acció Ecologista-Agró de las subvenciones concedidas durante 2009, 2010 y 2011, “acumulan el 70% de las ayudas (1.618.330,28 euros), cifra que seguramente será mayor, dado que se ha comprobado que alguna de estas empresas comparte dirección con otras receptoras de subvenciones”. Entre estas hay algunas que se dedican exclusivamente a la extracción y otras que realizan tratamientos de la biomasa forestal para destinarla a la producción de energía.
La Comisión Forestal de Acció Ecologista-Agró critica que la Conselleria d’Infraestructures, Territori i Medi Ambient de la Generalitat defienda la extracción de biomasa forestal como un elemento de dinamización económica de las comarcas de interior y como motor de desarrollo rural “y en la práctica el dinero, público y con finalidad ambiental, van a parar a unos pocos, que son siempre los mismos y que actúan sin cautelas ambientales”. La misma asociación considera que estos trabajos conllevan “impactos ambientales, que son muy grandes".
Contra incendios y por la mejora de la estructura forestal
Este tipo de subvenciones están incluidas en el Programa de Desarrollo Rural de la Comunidad Valenciana 2007-2013 y financiadas principalmente por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama). Desde la Generalitat se ha incidido en todas las convocatorias que estas responden a “la puesta en valor de la biomasa forestal residual procedente de incendios, a trabajos de mejora de la estructura forestal de las masas arboladas y a selvicultura preventiva”.
Con respecto a 2013, Acció Ecologista-Agró afirma que “las ayudas cambiaron significativamente, pero sólo sobre el papel, dado que se eliminó el adjetivo residual referido a la biomasa. A pesar de este cambio, se presenta el mismo esquema de reparto y ahora ocho empresas (prácticamente las mismas), más un particular que seguramente actúa en representación de alguna, dado el volumen de proyectos que acumula, se llevan el 76% de las subvenciones. Es decir, 701.066,13 euros, sólo referido al año 2013”.
Aclarar qué tipo de biomasa se ha extraído y cuántas toneladas
Es cierto que si se compara el título principal de las órdenes anteriores con la de 2013 desaparece el término “residual”, pero en el desarrollo de esta última sí se hace referencia a la biomasa forestal residual. Se menciona que la concesión de las ayudas se regirá por las bases que figuran en el anexo, cuyo título es “Bases para la concesión de primas destinadas a la puesta en valor de la biomasa residual forestal”. Se especifica que “serán objeto de las ayudas la retirada y puesta en valor de la biomasa forestal procedente de incendios forestales, de aprovechamientos forestales y de cortas de mejora que tengan como objeto la conservación de la estructura forestal de las masas arboladas”.
A pesar de todo, Agró pedirá a la consejería aclaraciones sobre estos extremos, porque también es cierto que en la resolución de la concesión de las ayudas no aparece el término “biomasa forestal residual” por ningún lado. “Interesa saber si la biomasa extraída ha sido realmente de tipo residual en los años que así constaba (2009, 2010 y 2011) y qué tipo de biomasa es la que ahora se está extrayendo”, insisten. Añaden que “hay que saber cuántas toneladas de biomasa se han extraído gracias a estas subvenciones y a cuántos árboles equivalen”. Por último, piden clarificar también el control y las garantías de las actuaciones, porque les consta que “en muchos casos éstas son muy bajas y se toleran y financian verdaderos destrozos ambientales”.
