La Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, en colaboración con las diputaciones provinciales, promueve dos líneas de ahorro y eficiencia energética a través de la instalación de calderas de biomasa y de la renovación del alumbrado público en pequeños municipios. La medida supondrá un ahorro de entre el 20 y el 30% de combustible en el caso de las calderas de biomasa y de un 15% en el del alumbrado público, según informa la Junta en una nota de prensa. En total, se destinarán setenta millones de euros en los próximos años, que buscan también generar empleo y actividad en el mundo rural.
En el mismo comunicado se añade que “el programa nace con una financiación suficiente y ampliable si fuera necesaria, por lo que el importe a destinar a los diferentes proyectos en cada provincia dependerá de las propuestas que se planteen”. El anuncio de esta inversión la realizaron ayer el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, y el presidente de la Diputación de Ávila, Agustín González, durante la presentación de una jornada sobre eficiencia energética. Se trata de la primera de una serie de citas que se desarrollarán por toda Castilla y León y que tienen como objetivo “informar a los municipios entre 1.000 y 20.000 habitantes de los beneficios para los ciudadanos de la eficiencia energética, las líneas de instalación de calderas de biomasa y redes de calor centralizada y la renovación del alumbrado público”.
La diputación selecciona y la consejería ejecuta
El papel de las diputaciones provinciales consiste en organizar y desarrollar los programas mediante la selección de proyectos y recogida de datos y tramitaciones, entre otras actuaciones. “Para el desarrollo de la actuación se analizan los diferentes casos presentados por los ayuntamientos, se informa sobre la viabilidad de los mismos y, en caso favorable, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, a través de Somacyl (Sociedad Pública de Medio Ambiente de Castilla y León), ejecuta, financia y mantiene las instalaciones durante el periodo pactado”.
En cuanto a la tramitación de las instalaciones, los ayuntamientos, al igual que en el caso de la renovación del alumbrado, no tienen que realizar la inversión inicial, al repartirse en la facturación del gasto energético mensual, convirtiendo el gasto en corriente. “Además –puntualizan desde la Junta–, se facilita la renovación de los equipos que se entregan tras la explotación a los ayuntamientos sin coste y se mejoran los sistemas de control y la garantía de los mismos”. Las actuaciones consisten básicamente en la sustitución de calderas de gasoil por otras de biomasa en centros públicos sanitarios, educativos y de servicios sociales en el mundo rural.