“Maximizar el aprovechamiento de las biomasas e incrementar la implementación de todas las aplicaciones de la bioenergía en España”. Este es el objetivo primordial de Bioplat, y en esa línea han ido los trabajos (informes, estrategias, vídeo, participación y colaboración con otras plataformas tecnológicas…) que ahora presenta como actuaciones más destacadas de 2014. Dichas actuaciones ponen de manifiesto, según Bioplat, “el gran valor añadido que es capaz de proporcionar este sector tanto en el ámbito medioambiental, como en el socioeconómico, dada su capacidad creadora y mantenedora de empleos vinculados al suministro de biomasas principalmente en el medio rural español, donde más se necesita proporcionar una industria solvente y unas oportunidades tangibles”.
Dentro de su labor en España destacan la estrecha colaboración con el Ministerio de Economía y Competitividad, y en concreto con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, para determinar “las líneas estratégicas para el sector español de la biomasa, así como en la difusión de las herramientas de apoyo a la I+D+i para que el tejido industrial español continúe desarrollándose de la forma más competitiva posible”.
La biomasa forma parte de las ciudades inteligentes
También cita Bioplat el trabajo con el Grupo Interplataformas de Ciudades Inteligentes “en el diseño de la hoja de ruta de la implementación de este tipo de ciudades sostenibles en España, en las cuales la bioenergía, sin duda, desempeñará un rol destacado”. Que el concepto de ciudad inteligente no está alejado de la biomasa lo corrobora igualmente la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), que participa en un proyecto, Smart Biomass, cofinanciado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) a través de la convocatoria de ayudas 2013 de apoyo a las Agrupaciones Empresariales Innovadoras.
En el plano europeo, Bioplat sigue el ritmo marcado por la estrategia europea de la bioeconomía, presentada en 2012 y en la cual “la bioenergía desempeña un papel estratégico al poder contribuir a que los ciudadanos cuenten con una energía sostenible, competitiva y segura, haciendo uso de recursos autóctonos renovables como son las biomasa”. Su trabajo también se ha visto plasmado en la definición de las prioridades españolas en la Asociación Europea por la Innovación de Agricultura Productiva y Sostenible (EIP-Agri) y en que “los intereses del sector bioenergético español estén considerados en los principales programas europeos de financiación de I+D+i: Horizonte 2020 y la asociación público-privada de bioindustrias.