La emisión de partículas procedente de la combustión de motores diésel es una de las principales responsables de que hace escasamente un mes la Organización Mundial de la Salud (OMS) admitiera oficialmente que el humo que generan dichos motores causa cáncer de pulmón. Un equipo de investigadores del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (Insia), centro de I+D+i de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), ha confirmado que dichas partículas se producen en menor cantidad en vehículos que utilizan biodiésel, aunque, otros responsables de la contaminación atmosférica, los óxidos de nitrógeno, aumentan.
El análisis del ciclo de vida (ACV) se realizó a partir de dos autobuses pertenecientes a la Empresa Municipal de Transportes de Madrid, “cada uno con su respectiva tecnología de post-tratamiento de gases de escape (reducción catalítica selectiva con urea y recirculación de gases de escape con filtro de partículas) en combinación con el uso de los tres tipos de combustibles que son gasóleo, B20 (20% de biodiésel y 80% de gasóleo) y B100 (100% biodiésel)”, informan desde la UPM, que no aclara el origen de la materia prima empleada en los dos últimos casos. La misma fuente concluye que “entre los principales resultados se encontró que el uso de este tipo de combustible (biodiésel) reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, pero el consumo de energía primaria se ve incrementado”.
Usar menos fertilizantes y cogenerar en las plantas de biodiésel mejora el balance energético
En el estudio también se confirma que sólo un bajo porcentaje de esa energía es de origen fósil, al proceder el biodiésel de plantas oleaginosas y/o grasas animales y aceites usados. El ACV detecta que la totalidad de energía fósil consumida se da en los procesos de cultivo y transesterificación, “por lo que -concluyen- en el primero se deberían buscar alternativas para reducir el consumo de fertilizantes que requieren de una importante cantidad de energía fósil en su producción y, en el segundo, se podrían implantar sistemas de cogeneración que utilicen fuentes de energía renovable para aumentar su eficiencia energética”.
No es la primera vez que investigadores españoles llevan a cabo un ACV de los biocarburantes. Entre 2005 y 2006, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) realizó sendos análisis comparativos entre etanol y gasolina y biodiésel y diésel. En este último caso, los resultados para el biocarburante fueron más satisfactorios que en el de la UPM, ya que los balances energéticos en todas las mezclas estudiadas dieron un menor consumo de energía primaria, especialmente acusado en el biodiésel fabricado con aceites usados, que alcanza un 75% de ahorro con respecto al gasóleo. La cifra se incrementa hasta el 96% si se trata de ahorro de energía fósil. Las mezclas al 5% de biodiésel solo ahorran un 3% de energía primaria y un 4% de energía fósil. Este mismo estudio reflejaba la disminución de emisiones de CO2, pero no analizaba las de partículas y NOx.
Más información:
www.upm.es