El autoconsumo energético se abre camino de forma inexorable, le pese a quien le pese, y muestra de ello es la apuesta que el Centro Nacional del Hidrógeno (CNH) de Puertollano (Ciudad Real), acaba de dar a conocer con la inauguración de un punto de recarga de acceso público para vehículos eléctricos de dos ruedas emplazado en sus instalaciones y alimentado en exclusiva por un sistema de energías renovables (paneles fotovoltaicos que otorgan una potencia de 3 kWp y una turbina minieólica de eje horizontal) que se encuentra aislado de la red eléctrica. La energía generada es consumida no sólo para los requerimientos de esta instalación, sino también por unas cargas domésticas que recrean los consumos eléctricos de una pequeña vivienda.
Este punto de recarga es fruto de un proyecto de investigación que aborda la temática de las redes inteligentes y que cuenta con varios demostradores, entre ellos el del propio CNH. De este modo, la instalación, con una tensión de 230 Vac, frecuencia de 50 Hz y corriente máxima de 6 A, permite una recarga lenta en modo 1 con una toma doméstica, tipo schuco, dotado de las correspondientes protecciones (diferencial y magnetotérmico), con una potencia máxima de recarga de 1.500 W.
Disponer de sistemas de generación de energía con renovables implica contar con sistemas de almacenamiento, puesto que los perfiles de generación de las renovables están basados en patrones no gestionables. Así, con el fin de poder hacer una gestión adecuada de la generación y demanda de electricidad, el sistema dispone de un ciclo de almacenamiento de energía en forma de hidrógeno y almacenamiento auxiliar en baterías.
De esta manera, se pretende demostrar la viabilidad de un sistema autónomo de autoconsumo basado en energías renovables e hidrógeno.
Otra de las ventajas de disponer de un sistema autónomo de generación para alimentación de vehículos eléctricos de uso público es que no precisa de la gestión por parte de un gestor de cargas, en base a lo que estipula el RD 647/2011, sino que es el propio CNH es que se ocupará de la gestión de la toma de recarga.
Mediante un sistema de monitorización, el usuario podrá disponer de la información del proceso de recarga, del mix energético utilizado, así como de las emisiones de CO2 evitadas y de los euros ahorrados en la energía recargada.
Ahora, el reto pasa por hacer comercialmente viable la solución e idealmente, incrementar el potencial de recarga a vehículos de cuatro ruedas en modo 3, pero sin duda, estos proyectos avanzan un futuro próximo en el que cada vez más, el usuario será dueño de su propia energía en un mundo en el que la movilidad con vehículos cero emisiones, como los eléctricos, cobra todo su sentido por razones medio ambientales, económicas y de eficiencia energética.