Esta declaración, sorprendente en un país cuya riqueza, poder e influencia en el mundo se basan en sus grandes reservas de petróleo, ha quedado recogida por los medios de comunicación que cubrieron la conferencia sobre el cambio de negocios relacionados con el clima celebrada ayer jueves en París y en la que participó el ministro saudí.
“En Arabia Saudita reconocemos que, al final, tarde o temprano, no se necesitarán los combustibles fósiles; quizá sea en 2040, 2050 o más tarde ", dijo Ali al-Naimi. Tanto es así, que el reino saudí se ha embarcado en un programa para desarrollar las energías renovables y pretende convertirse en "una potencia mundial en energía solar y eólica". De hecho, según el ministro, podría comenzar a exportar electricidad en lugar de petróleo en los próximos años. “¿Suena bien?", preguntó ante el aplauso de los asistentes a la conferencia.
No obstante, Ali al-Naimi cree que los combustibles fósiles seguirán dominando la matriz energética del mundo en el futuro cercano.
Arabia Saudita es el principal consumidor de petróleo en el Medio Oriente, y más del 25% de su producción total "en bruto" –más de 10 millones de barriles al día– se explota en el interior del país. Según un informe de Citigroup, si la demanda de petróleo en el reino siguiera creciendo al ritmo actual, el país pasaría de exportador a importador netro de petróleo en 2030.