Amigos de la Tierra considera que "las demandas de la sociedad civil son clave ante unas negociaciones controladas por los lobbies empresariales; las voces ciudadanas exigiendo medidas eficaces frente al cambio climático tienen que ser suficiente para cambiar la perspectiva política del acuerdo en París". La organización ecologista critica muy duramente al gobierno que encabeza Mariano Rajoy, al que señala como "artífice del mayor golpe al desarrollo de las energías renovables en un país anteriormente puntero en el sector". Lo cierto es que, tras cuatro años de gobierno popular, el sector está virtualmente congelado. Así, el año pasado (2014), último ejercicio con los datos cerrados, la eólica instaló apenas 27,9 megavatios en toda España (cuando la media en el último decenio ha estado por encima de los mil megas anuales); mientras que la fotovoltaica cerró 2014 con 22 MW (algo menos que en el soleado Reino Unido, donde conectaron casi 2.500 megas FV ese año). En fin, que España obtuvo en 2014 los peores registros de los últimos veinte años (caso de la eólica), y del último quinquenio (caso de la FV), mientras que la termosolar se ha quedado, simplemente, congelada en foto fija.
Cartas sobre la mesa
De cualquier manera, más allá del caso español -explica Amigos de la Tierra-, "todas las cartas están encima de la mesa: los compromisos voluntarios de reducción de emisiones, el carácter legal del acuerdo y los compromisos financieros". La organización ecologista lo ve del siguiente modo. Uno: los principales emisores por persona, que son Estados Unidos, China y la Unión Europea, están conformes con unos objetivos que no cubren mínimos. Dos: el borrador del acuerdo por el momento es voluntario y no obliga al cumplimiento de medidas. Y tres: no se habla de energías renovables ni del fin de los subsidios milmillonarios a los combustibles fósiles. Pues bien, habida cuenta de todo lo susodicho, y según el responsable del área de Clima y Energía de Amigos de la Tierra, Alejandro González, si las partes acaban conformándose con los objetivos propuestos, "entonces cualquier país, por reticente que sea, puede firmar un acuerdo con objetivos insuficientes¸ que condenen al mundo a vivir en un planeta 2,7ºC más cálido para finales de este siglo, una temperatura a la que no nos podremos adaptar”.
Acción ciudadana
Por todo ello, Amigos de la Tierra recuerda a los gobernantes que están ante "la última oportunidad de salvar políticamente" este proceso multilateral de negociación, pero, sobre todo, "apuesta por la acción ciudadana". La organización ecologista incluye así en su comunicado "una llamada de justicia entre movimientos ciudadanos para hacer converger procesos de democratización de la energía, la agricultura sostenible y la economía circular sin residuos". Solo admitiendo la responsabilidad de la crisis climática y ambiental de los países ricos -dice esta organización- se puede optar a una sociedad justa y sostenible. Amigos de la Tierra critica por otro lado la pobreza del fondo verde por el clima, que debe complementar a la ayuda oficial al desarrollo, pero que "tan solo llega al 10% de lo que se habían comprometido anteriormente los países industrializados".
La cifra de 100.000 millones anuales de aquí a 2020 es -dicen- "claramente insuficiente para la adaptación al cambio climático en zonas de alta vulnerabilidad que están sufriendo los peores efectos del calentamiento hasta la fecha". Asimismo, Amigos de la Tierra lanza un mensaje de solidaridad con la ciudadanía francesa, "privada de voz en esta cumbre y alza la voz y las propuestas ciudadanas, que son el eje central de un cambio real para frenar el calentamiento". El comunicado de la organización ecologista concluye con un lema: "La rebelión energética ya está en marcha y seguirá creciendo de la mano de la sociedad civil".
Potencia eólica instalada en España en los últimos quince años (página 40)
lnforme Anual UNEF 2014 (sobre la potencia fotovoltaica instalada en los últimos años) (página 16)