“Las algas son más eficientes, no ocupan espacio, no contaminan aguas y no compiten con alimentos, pero todavía están en fase experimental y se han de realizar mejoras en el proceso productivo que mejoren el balance energético y disminuyan los costes”. Guillermo Martínez, de la Oficina Española de Cambio Climático, uno de los participantes en las jornadas Algas: usos y aplicaciones, explicaba así el porqué las microalgas están encuadradas dentro de la tercera generación de biocombustibles y el trecho que aún les queda para pasar a la escala industrial.
La cita, organizada por la Fundación Observatorio Español de Acuicultura (Oesa) y la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), en colaboración con la FAPE y Algaenergy, fue inaugurada por el secretario general de Pesca del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Carlos Domínguez, quien destacó “el enorme potencial de las algas tanto en el sector energético como en el ámbito nutricional, así como el papel que pueden jugar para responder contra el cambio climático con la absorción de CO2”.
Otras de las intervenciones destacadas fue la de Miguel García, del Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis de la Universidad de Sevilla-CSIC, quien también enumeró las ventajas de las microalgas en la producción de biocarburantes, tanto etanol como biodiésel: crecimiento más rápido, mayor productividad, pueden usar agua residual, salobre o de mar, no compiten con la agricultura tradicional, pueden alcanzar elevados niveles de aceite y/o azúcares, mayor facilidad para manipular condiciones, menor consumo de agua y menor costo de producción/procesamiento.
Microalgas tanto para bioetanol como para biodiésel
García expuso, igualmente, el largo proceso que falta hasta alcanzar el desarrollo industrial y apuntó algunas bases sobre las que desarrollar tecnologías adecuadas para la producción de biocombustibles a partir de microalgas. Habló de “encontrar o desarrollar microalgas ‘estrella’, con elevada productividad a la intemperie y alto contenido en carbohidratos o lípidos adecuados como materia prima para etanol o biodiésel, respectivamente; desarrollar reactores adecuados, con bajo costo de fabricación y operación; verificar valores de productividad a una escala razonable (planta de demostración) y a lo largo de (al menos) un ciclo anual completo; diseñar una gestión integral de nutrientes (CO2 de gases de escape como fuente de carbono, reciclado del medio de cultivo, uso de aguas residuales, etc.); diseñar una utilización integral de la biomasa generada, que contemple el pleno aprovechamiento del material remanente tras la extracción de la materia prima principal; y asegurar la bondad del balance energético del proceso”
En la jornada se han presentado distintos sistemas de producción de algas y algunos de los principales proyectos existentes en España, como el Cenit Vida y Netalgae, además de visitar la Plataforma Tecnológica de Experimentación con Microalgas de Algaenergy. Hoy también, el diario La Voz de Galicia daba a conocer algunos detalles de otro proyecto con las microalgas como protagonistas: EnerBioAlgae. En concreto, la Consellería de Economía e Industria de la Xunta de Galicia pondrá en marcha una planta piloto para el cultivo de estos organismos con fines energéticos en la estación depuradora de aguas residuales Guillarei (Pontevedra), donde se ha seleccionado una cepa de algas de crecimiento rápido y elevado contenido de aceites útiles para producir biodiésel.
Más información:
www.fundacionoesa.es
www.lavozdegalicia.es