Cuando se presentó el European Advanced Biofuels Flightpath se incidió que la meta de los dos millones de toneladas se lograría con biocarburantes sostenibles producidos en la UE con materias primas propias y con tecnologías de segunda generación. El proyecto Itaka (Initiative Towards sustAinable Kerosene for Aviation) toma nota de estas premisas y las hace suyas en su planteamiento y desarrollo. “Contribuirá al programa de biocarburantes avanzados de la CE”, afirman en una nota de prensa, donde resumen su principal objetivo: “producir combustible de aviación sostenible y renovable y probar dicho combustible en los sistemas logísticos existentes y en operaciones de vuelo convencionales en Europa”.
Como materia prima, en Itaka se centrarán en aceite de camelina europea y aceite de cocina usado, “de cara a conseguir un mínimo de un 60 por ciento de ahorro en las emisiones de gases efecto invernadero en comparación con el jetA1 de origen fósil”. La camelina es una de las materias primas que más se emplean en los vuelos de prueba y comerciales con biocarburantes. Aerolíneas como Lufthansa (Alemania), Porter Airlines (Canadá) y Tarom (Rumania), y fabricantes de aviones como Embraer (Brasil) y Airbus (UE) ya los han empleado. También compañías aéreas como KLM (Holanda) y Thomson Airways (Reino Unido) han mezclado bicarburante de aceites usados en sus motores.
Empresas españolas en investigación, producción y distribución
Desde Itaka confirman que el objetivo es certificar toda la cadena de producción del combustible renovable de aviación basándose en el estándar RSB EU Red (Roundtable on Sustainable Biofuels), uno de los trece esquemas de sostenibilidad aprobados hasta el momento por la CE. La intención es “enlazar la oferta y la demanda mediante el establecimiento de relaciones entre proveedores de materias primas, productores del biocombustible, distribuidores y aerolíneas”. También se reseñan otros fines, como el análisis de la producción y uso de camelina como materia prima para biocombustible “con respecto a su contribución a los mercados de alimentación humana y animal y su potencial impacto en el cambio indirecto del uso de la tierra” y la evaluación de “las implicaciones económicas, sociales y regulatorias del uso a gran escala de biocombustibles de aviación”.
El proyecto durará 36 meses y ha recibido financiación del Séptimo Programa Marco de la CE (FM7/2007-2013). En Itaka se ha formado un consorcio que incluye a empresas y centros de investigación relacionados con la producción de materias primas para biocombustibles, como Biotehgen y Camelina
Company España. Esta última está implicada en varios proyectos españoles y europeos de similares características, especialmente en el principal acuerdo firmado en nuestro país para el desarrollo de los biocarburantes en la aviación.
La iniciativa engloba también a productores de biocarburantes (Neste Oil y RE-CORD), empresas de logística de hidrocarburos (la española CLH y SkyNRG), otras vinculadas al transporte y la navegación aérea (Airbus, European Aeronautic Defence and Space Company –EADS–, Embraer y Servicios y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica –Senasa–) y centros de investigación sobre sostenibilidad (EADS IW France, École Polytechnique Fédérale de Lausanne y Manchester Metropolitan University). La coordinación de Itaka corre a cargo de Senasa, quien también está presente en el acuerdo español mencionado..