Bajo el título de “Hacia un nuevo modelo energético en España” la Asociación de Productores e Inversores en Energías Renovables, Anpier, reunió el pasado 11 de diciembre en el Roca Gallery de Madrid a un selecto grupo de ponentes –con masiva asistencia de público– en la que se puso de relieve la necesidad de acometer una reforma para solucionar los problemas del pasado y establecer un nuevo marco, que favorezca un suministro eléctrico sostenible, con precios razonables para el consumidor y una remuneración justa para los productores.
Para Jorge Fabra, exconsejero de la CNE, expresidente de REE y fundador de Economistas frente a la Crisis, “la situación en el sector eléctrico es enormemente grave” por lo que hay que acometer con urgencia la reforma “para que bajen los costes del sistema (el más caro de Europa si se incluye el déficit de tarifa) y éste se vuelva sostenible tanto para las familias como para las empresas”.
“La ley de 1997, que supuestamente liberaliza el suministro de energía eléctrica, cambia radicalmente la cultura del sector y ahora tenemos otro tipo de empresarios, que piensan más en una gestión financiera y virtual.”, explicó. “Por eso el recibo de la luz se complica, porque tras el hay cosas virtuales que no corresponden a la realidad de las cosas.” . Así, “ahora tenemos que pagar conceptos que están ligados al mundo financiero, (como las primas de riesgo que implican los plazos) y a intermediarios que venden energía eléctrica que luego la tienen que ir a comprar… Estamos en una situación de enorme confusión”.
Cómo bajar costes
Bajar los costes de la energía eléctrica es enormemente complicado, lo cual no significa que no pueda hacerse, explicó Fabra, para quien “lo primero que hay que preguntarse es cuál es el estado de recuperación de las inversiones de las centrales hidroeléctricas, nucleares y de carbón anteriores a la ley del 97”. Centrales, como recordó que hicieron sus inversiones en un marco de costes estándar y a las cuales, para proteger su seguridad jurídica, se les remuneró con los Costes de Transición a la Competencia (CTC). 8.600 millones de euros. A este dinero hay que sumar, además, “lo que han percibido en el mercado que entonces se creó, que se pensaba se estabilizaría en torno a los 36 euros MWh”.
Estas centrales ya han cobrado los CTCs, y sus ingresos desde el 98 han sido muy superiores a los 36 euros MWh ya que la ley eléctrica las remunera al precio de la tecnología de producción más cara.. En consecuencia, explicó Fabra, ”habría que preguntarse cuál es el estado de recuperación de las inversiones de las centrales nucleares, hidroeléctricas y de carbón. La contestación es clarísima: las auditoras dicen que estos costes están todavía en periodo de amortización, pero la respuesta económica nos dice que los accionistas han recuperado las inversiones. La política contable que realicen es una cuestión que a los consumidores no nos compete”.
El “disparate” de mercado eléctrico que tenemos también queda reflejado en este ejemplo aportado por el fundador de Economista frente a la Crisis: “si bombeamos energía por la noche para tener los embalses llenos por la mañana y poder afrontar con un coste bajo la cobertura de la demanda, incrementamos la demanda del sistema” y eso “produce un incremento de los precios que perciben las energías inframarginales. De esta forma, “la remuneración de los propietarios de las centrales nucleares que están funcionando en base aumenta, porque ellos mismos ponen en funcionamiento el bombeo por la noche”. Para ser más gráficos: “es como si estuviéramos pagando en una lonja de pescado todas las cajas al precio de la más cara. Palometas a precio de merluza”, sentenció Fabra.
Claves de la reforma
Para este experto, la reforma energética debe conducir las cosas a una situación en la que los consumidores paguemos el coste del mix energético y no el coste de la central más cara que fija el precio en el mercado. “Si esto fuera así –dijo Fabra– “el déficit tarifario, con el mismo mix energético y el mismo nivel de tarifa que tenemos ahora, quedaría perfectamente controlado y podrían desarrollarse en el futuro las energías renovables mediante sistemas mercantiles basados en subastas, con una recuperación por parte del regulador de su responsabilidad sobre el índice de cobertura, de tal forma que pudiéramos ir capturando la espectacular curva de aprendizaje de las renovables y llegar a una situación a partir 2020 en la que las renovables en lugar de cobrar primas, devolvieran al sistema las primas que han recibido.”
La reforma debe acometerse teniendo en cuenta otras cuestiones como: : cuál es la legitimidad de la participación en el mercado de tecnologías cuyo acceso está cerrado a nuevos competidores (no hay mercado sin libertad de entrada); cuál es la cuantificación de los beneficios (windfall profits) y pérdidas extraordinarios y qué tipo de centrales tienen perdidas o beneficios inesperados; o cuál es la configuración de los costes o beneficios para los consumidores que emanan de las comercializadores de ultimo recurso. Cuestiones, todas ellas, concluyó Fabra, “que nos conducen a la pregunta clave: qué sistema eléctrico debemos construir para empezar a introducir en el sistema la competitividad que hoy nos están quitando”.
La intervención completa de Jorge Fabra se puede ver en:
www.newsolares.com/tv
