Tras conocer los resultados provisionales de 2014, y a la espera de que la compañía ofreciera los definitivos, El Economista informaba de que Abengoa prevé vender su negocio de biocarburantes en el largo plazo para concentrarse en sus negocios de ingeniería y construcción. La información se basaba en una entrevista que Manuel Sánchez, consejero delegado, concedió a Reuters, en la que aseguraba que “será dentro de tres o cuatro años cuando tomemos una decisión estratégica con el negocio de bioenergía". Días después, en la presentación de los resultados definitivos, el propio Sánchez aseguró que el segmento de los biocarburantes experimentó en 2014 el mejor año de su historia.
Los resultados globales de la multinacional ofrecen unas ventas del año fiscal 2014 que ascienden a 7.151 M€ (descienden un 1% frente a los 7.245 M€ de 2015), un ebitda consolidado que creció un 11% interanual, alcanzando los 1.408 M€, y un beneficio neto que aumentó un 24% hasta alcanzar los 125 M€. Las ventas en el segmento de la producción industrial, que incluye el negocio de bioenergía, aumentaron en un 5%, alcanzando los 2.137 M€. El ebitda ascendió a 271 M€, frente a los 241 M€ de 2013, lo que representa un aumento interanual del 13 %.
Venta de etanol, electricidad, piensos y aceite de maíz
Estos resultados ya se vislumbraban cuando Abengoa ofreció en agosto de 2014 los interanuales. En aquellos momentos, el ebitda del área de producción industrial presentaba un incremento del 105%, gracias principalmente a la buena evolución de las fábricas de etanol, que durante 2012 y 2013 sufrieron una crisis acusada. Ahora la compañía corrobora la buena racha, “debido principalmente al aumento del volumen de etanol vendido, con márgenes atractivos en Estados Unidos durante 2014". Esos altos márgenes se deben a la venta no solo de etanol, sino también de electricidad y de subproductos como pienso animal y aceite de maíz.
Esta diversificación en la producción se une a la geográfica, que reparte plantas, principalmente de etanol, por Estados Unidos, Europa y Brasil. Precisamente las de este último país son citadas por Abengoa con las que mejores rendimientos han aportado. Mientras tanto, la primera planta de etanol lignocelulósico, la de Hugoton (Kansas, Estados Unidos), sigue su proceso de ajuste tras su puesta en marcha en octubre de 2014 y solucioniar algunos problemas mecánicos.
El pasado 16 de enero, alrededor de 30 agricultores locales y sus familias visitaron la planta de Hugoton para conocer de cerca la tecnología que hay detrás de estas instalaciones de biocarburantes de segunda generación. “La biomasa que estos agricultores proporcionan es crucial para la operación de esta y todas las plantas de etanol”, afirman desde Abengoa.