Oficialmente designado por Naciones Unidas como Día Internacional de la Madre Tierra, esta efeméride ambiental se celebra desde 1970, cuando millones de personas tomaron las calles de Estados Unidos para protestar por lo que ya se consideraba una crisis ecológica: derrames de petróleo y aumento de la contaminación del aire y los ríos.
Desde entonces, gracias al trabajo de numerosas ONG y movimientos sociales, de científicos y científicas, y con el apoyo de buena parte de la sociedad, se han aprobado numerosas normativas que han ido protegiendo los ecosistemas y las especies de la Tierra. Por ello, y a pesar del tétrico panorama mundial, desde Greenpeace siguen siendo optimistas y subrayan las señales que muestran que es posible este cambio.
Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España: "Vemos cada vez más iniciativas ciudadanas rompiendo los moldes del sistema, moviéndose a contracorriente, poniendo la vida en el centro, con voluntad de cooperar y cuidar nuestra interdependencia y ecodependencia, de proteger lo común y los derechos básicos. Hay muchos motivos para que nos entusiasme el reto de proteger el planeta y muchas vidas: las nuestras, las de otros seres vivos y las de los que vendrán", concluye Saldaña.
Energías Renovables
Este 2024 supone otra oportunidad para convertirse en el primer año en que las emisiones mundiales empiecen a bajar estructuralmente (sin ser por una crisis como la pandemia), si se cumplen las promesas suscritas en la COP28 de Dubai. Tras años de negociaciones climáticas, la COP celebrada en 2023 por primera vez pidió a los países que acometan una transición para dejar atrás los combustibles fósiles y triplicar las energías renovables.
Greenpeace celebra que la revolución renovable siga avanzando en nuestro país, ya que más de la mitad de la electricidad en España ya se produce con renovables, y el uso global de energías limpias aumentó en un 58% entre 2012 y 2022. En este sentido, Casi 150.000 personas están pidiendo un abono de transportes único y asequible en nuestro país, válido para todos los medios de transporte público en España. El éxito en este punto sería una gran victoria ambiental, ya que el transporte es el sector que más contribuye al cambio climático.
Otro motivo para la esperanza es la histórica sentencia del Tribunal Europeo de DDHH sobre el caso de las KlimaSeniorinnen, ha condenado por primera vez a un Estado por no proteger a su población frente al cambio climático, lo reconoce como derecho humano y es aplicable a todos los países del Consejo de Europa, entre ellos España.
Banderas rojas
Una vez repasados los motivos de esperanza y celebración, hay que recordar que vivimos en un planeta "en emergencia climática, sobreexplotado y con riesgo de colapso en muchos de sus ecosistemas". Por eso, los ecologistas aseguran que "hacer balance del estado de la Tierra en una fecha como ésta no es fácil". Para ello, con motivo de este Día Internacional de la Madre Tierra, la organización ambientalista quiere poner el foco "en algunos de los retos prioritarios" a los que se enfrenta la humanidad como especie.
Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace España: "Cada minuto que pasa, se hace más difícil garantizar la sostenibilidad de la vida en la Tierra, cuyos límites planetarios están traspasados. Las amenazas continúan alimentadas por un modelo socio-económico devastador. Es el momento de que la sociedad civil organizada provoque un golpe de timón hacia futuros alternativos basados en el bien común y más allá del crecimiento económico".
Un modelo socioeconómico devastador
Con el actual ritmo de producción y consumo, necesitaríamos tres planetas para saciarlo, aseguran desde Greenpeace, ya que "generamos enormes residuos pero el reciclaje de envases no alcanza el 50% y el reciclaje textil apenas el 21%". La demanda energética global creció entre 2012 y 2022 un 16%, cubriéndose principalmente por carbón, petróleo y gas fósil.
Temperaturas extremas, mega incendios y sequías severas
En primer lugar, algo fácil de confirmar: 2023 fue el año más cálido registrado, y también lo ha sido el último periodo de diez años. Y es que la emergencia climática es más grave y urgente que nunca: "se están batiendo récords de temperaturas de la superficie terrestre, calor y acidificación de los océanos, aumento del nivel del mar, pérdida de hielo marino de la Antártida y retroceso de los glaciares", advierte Greenpeace.
Este calor artificialmente generado provocará, según Naciones Unidas, un aumento mundial de los incendios extremos de (50 % para finales de siglo), especialmente en la región mediterránea, uno de los puntos más sobrecalentados del planeta. Barriendo para casa, recuerdan que "España se enfrenta cada vez más a un proceso de desertificación con sequías más intensas y frecuentes con, al menos, signos de contaminación en el 30% de las estaciones que controlan el agua subterránea y el 50% de las del agua superficial".
Pérdida de biodiversidad
Además, "un millón de especies están al borde de la extinción", un vertiginoso declive que está provocando que la biodiversidad global desaparezca "mil veces más rápido que si ocurriera de forma natural". Respecto al medio marino, señalan que "el 66% de los mares muestra una alteración severa por el impacto humano, lo que está provocando el declive en la cantidad y diversidad de vida marina. Sólo el 1% de las aguas internacionales están protegidas".
Por todo ello, este año será de suma importancia la COP 16 para la biodiversidad (CBD), un foro internacional donde los gobiernos tendrán que tomar medidas contundentes para proteger y restaurar la biodiversidad como elemento clave que nos ayuda a la lucha contra el cambio climático.
